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Man in red long sleeve sitting and advocating for kids.

Establecer límites con familiares puede ser incómodo y es importante para la seguridad de nuestros hijos.

“¡Ayuda! ¡Un miembro de la familia está siendo grosero, irrespetuoso o inseguro con mi hijo! ¿Qué debo hacer?”

Expresarnos en defensa de nuestros hijos es importante y, aunque no podemos controlar cómo responden los demás, escoger cuidadosamente CÓMO expresarnos puede aumentar la posibilidad de que la comunicación sea más positiva y productiva. Los padres y tutores a menudo se acercan a Kidpower en busca de orientación y apoyo cuando tienen inquietudes sobre el comportamiento de los miembros de la familia o amigos cercanos con sus hijos.

A continuación compartimos algunas historias reales de éxito de adultos que han utilizado las habilidades de Kidpower para defender a sus hijos en sus relaciones con los miembros de la familia y prepararon a sus hijos para hacerse cargo del problema por sí mismos. Se han cambiado algunos detalles para proteger la privacidad, pero las historias son ciertas.

“Mi abuela fuma y yo simplemente no podía permitir que lo hiciera cerca de nuestro bebé. Aunque se sintió ofendida, le dije que tendríamos que visitarla en una habitación que no oliera a humo. Fue incómodo pero pude encontrar un lugar cercano donde podíamos reunirnos y donde ella podía fumar en otra habitación si lo necesitaba”.

“Mi suegro amenazaba continuamente con darle nalgadas a mi hija de cuatro años, aunque sabe que en nuestra familia no les pegamos a los niños. Era muy desconcertante. Finalmente, me armé de valor y, con mi esposo a mi lado, le dije a mi suegro que sé que ama mucho a sus nietos y tiene buenas intenciones, pero que no es aceptable que amenace con golpear a nuestros hijos o decirnos que deberíamos darles nalgadas. Mi esposo le dijo a su padre que estaba de acuerdo conmigo. Al principio, mi suegro estaba enojado, pero cambió su comportamiento y ahora sentimos mucho menos estrés durante las visitas”.

“Tenemos unos amigos desde hace muchos años que son como familia para nosotros. Cuando nos reunimos, su hija de seis años siempre está tratando de jugar a solas con nuestra hija de tres años. Nuestra hija, que adora a esta niña mayor, nos dijo que su amiga quería jugar a la doctora, trató de quitarle la ropa y dijo que debería mantenerlo en secreto. Mis amigos dicen que esto es solo un juego normal para los niños, pero yo dije que debemos mantener a los niños con nosotros y supervisarlos hasta que estemos seguros de que no mantendrán secretos acerca del contacto físico ni se pedirán mutuamente guardar secretos sobre el contacto físico. Nuestros amigos están profundamente ofendidos”.

“La hija preadolescente de mi hermana molestaba continuamente a mi hijo de cinco años en nuestras reuniones familiares, burlándose de él hasta el punto de hacerlo llorar. Mi hermana dice que los niños deberían resolver las cosas por sí mismos. Después de preocuparme durante días, le dije a mi hermana que quería una regla de “no burlas crueles” en los eventos familiares. Me dijo que estaba siendo demasiado sensible y convirtiendo a mi hijo en un “mariquita”, pero insistí. Eventualmente, accedió a hablar con su hija”.

“Durante la cena, mi cuñado de repente comenzó a golpear con los nudillos la cabeza de mi hijo de diez años de una manera que le estaba causando dolor. Le he dado permiso a mi hijo para que se levante de la mesa y se mueva a una silla diferente si su tío intenta hacer esto nuevamente. Le dije que si alguien se molestaba, su padre y yo lo respaldaríamos”.

“Tengo dos tías que todo el tiempo preguntaban inquisitivamente a mis hijas adolescentes sobre lo que estaban haciendo en la escuela o cuánto comen o pesan al punto que mis hijas ya no querían ir a ninguna reunión familiar. Finalmente, les di permiso a mis hijas para cambiar de tema y no responder preguntas ni continuar conversaciones desagradables diciendo con voz cortés: ‘Disculpa. Quiero hablar de otra cosa’. Les dije que entonces podían empezar a hablar de un tema neutral como de su película favorita. Practicamos y, aunque tuvieron que hacerlo una y otra vez, este enfoque funcionó de maravilla en la siguiente cena festiva”.

“El sobrino de mi esposo tiene 15 años. Es un chico dulce, pero me incomoda la forma en la que trata a mi hija de cinco años. Quiere acurrucarse con ella durante mucho tiempo, susurrarle casi como a una novia e irse a solas con ella. Sé que a mi cuñada le daría un ataque si yo llegara a insinuar que podría estar pasando algo inapropiado. Voy a asegurarme de tener a mi hija a la vista cada vez que él esté de visita y explicar que mi hija necesita Preguntarme Primero antes de salir de la habitación”.

Nuestro trabajo es estar al tanto de lo que nuestros niños están haciendo, abogar por ellos cuando lo necesiten, enseñarles habilidades y crear entornos seguros para ellos. El trabajo de nuestros hijos es salir lo mejor que puedan de situaciones difíciles y decirnos cuando tienen problemas. Incluso si no podemos mejorar una situación de inmediato, nuestros hijos deben saber que los tomamos en serio y que estamos haciendo todo lo posible para solucionar el problema.

Mantener la calma, la firmeza, el respeto y la persistencia al hablar con los miembros de la familia puede ser un desafío, especialmente porque saben cómo presionarnos. Personalmente, no me gusta cuando me dicen qué hacer o me señalan que cometí un error y cuando alguien lo hace, tengo que esforzarme mucho para no reaccionar de mala manera.

En nuestros talleres, a veces usamos el siguiente juego de roles para demostrar cómo persistir frente a las reacciones negativas más frecuentes. Preparamos la práctica explicando que se trata de una discusión entre uno de los padres de Monique, de cuatro años, y su padre, que a menudo cuida a su nieta Monique. Las reacciones negativas y las respuestas positivas están en negrita.

Padre: “Papá, quiero hablar contigo sobre Monique”.

Abuelo: “¡Maravilloso! ¡Amo a esa niña!”

Padre: “Ella también te ama, y ​​realmente aprecio cuánto me ayudas cuidándola. Solo hay un problema”.

Abuelo: “Oh, ¿en serio? ¿Cuál es?”

Haz un puente… Me siento… cuando tú… podrías por favor. Padre: “Sé que tienes buenas intenciones y me preocupa que Monique esté empezando a sentirse mal consigo misma cuando te burlas tanto de ella. Por favor, trata de no ponerle apodos burlones”.

Negación. Abuelo: “¿De qué estás hablando? ¡Nunca hago eso!”

Poniendo un ejemplo concreto. Padre: “Es posible que no te des cuenta, pero sucede. Justo ayer la llamaste “manos de mantequilla” cuando derramó su jugo”.

Minimizando. Abuelo: “Oh, eso. Eso es solo un juego. A ella le gusta”.

Reconoce su realidad, explica por qué su comportamiento es un problema y reafirma el límite. Padre: “Entiendo que es un juego para ti, pero ella está empezando a pensar que es torpe. Por favor, deja de ponerle apodos a Monique”.

Coerción emocional. Abuelo: “¿Cómo puedes hablarme así? Estás armando un gran problema de la nada, como de costumbre”.

Reconoce los sentimientos con calma y amabilidad. Padre: “Suenas molesto”.

Más culpa. Abuelo: “¡Por supuesto que estoy molesto! ¡Yo sé de qué se trata esto! ¡Te sientes celoso porque puedo pasar más tiempo con ella que tú!”

Sigue reconociendo. Padre: “Entiendo que esto te molesta y lamento que sea difícil. Agradezco que hables conmigo”.

Violación del límite. Abuelo: “Sé lo que estoy haciendo. Después de todo, yo te crié y tú resultaste perfectamente bien. (En este punto, la mitad de las personas en la sala a menudo aprietan los dientes y piensan: “¡Sí, y ha pasado años en terapia recuperándose!”) ¡Soy su abuelo! Haré lo que quiera cuando esté con ella”.

Reconoce los sentimientos, explica la importancia y establece una consecuencia. Padre: “Lamento que esto sea tan duro para ti, pero tal como es el mundo hoy en día, los niños deben saber que sus sentimientos serán respetados por las personas que ellos más quieren. A menos que aceptes tratar de no ponerle apodos, no puedo permitir que Monique pase tanto tiempo contigo”.

Se cierra. Abuelo: (baja la cabeza, volteándose) “No puedo seguir hablando de esto”.

Expresa cariño. Padre: “Lamento que esto sea tan difícil para ti, papá. Realmente espero que podamos resolver esto”.

Permanece cerrado. Abuelo: “No lo sé. Lo hablaré con tu mamá”.

Con suerte, después de tener algo de perspectiva, el abuelo hará un esfuerzo por respetar los deseos de su hijo adulto de evitar los apodos burlones que hieren los sentimientos de su nieta.

Como muestra esta historia, expresarnos a menudo no soluciona las cosas de inmediato. A la mayoría de las personas no les gusta que les digan que tienen que cambiar. A continuación te presentamos algunas pautas que pueden ayudar a que estas conversaciones difíciles salgan lo mejor posible.

  1. No utilices mensajes de texto, correo electrónico u otras formas de mensajería. Un tono de voz cariñoso y respetuoso y una conversación interactiva son esenciales para prevenir problemas innecesarios. Comunicar los límites de una manera que no incluye la comunicación en persona o de voz es probable que empeore los problemas en lugar de mejorarlos.
  2. Prepárate para que sepas exactamente lo que quieres decir y los cambios específicos que quieres ver. Escribe lo que quieres decir, cuáles crees que serán las reacciones negativas y cómo planeas persistir de una manera poderosa y respetuosa en lugar de enojarte.
  3. Organiza un momento tranquilo y un lugar privado para la conversación diciendo: “Tengo una preocupación de la que quiero hablar contigo”.
  4. Estén juntos con tu pareja, si es posible, si estás comunicando límites a un miembro de la familia de tu pareja. Planifiquen para que, idealmente, tu pareja esté preparada para respaldarte.
  5. Reconoce las buenas intenciones o la perspectiva de la otra persona comenzando con un puente como “Sé que quieres lo mejor”. O, “Sé lo ocupado que estás”.
  6. Establece el límite en términos no ofensivos. Indica tus sentimientos, cuál es el comportamiento específico que te preocupa y qué es lo que te gustaría que cambie.
  7. No te pongas a la defensiva ni te quedes enganchado en hablar sobre temas secundarios si la otra persona es negativa. Únicamente reconoce cualquier sentimiento de malestar y reafirma tu límite. Mantente enfocado en lo que quieres ver cambiar en lugar de distraerte con comentarios o comportamientos de ataque.
  8. Prepárate para establecer una consecuencia, de ser necesario, si el comportamiento no cambia.
  9. No insistas en una resolución o acuerdo inmediato, a menos que se trate de una emergencia. Permite que la otra persona tenga tiempo para guardar las apariencias y pensar las cosas, a menos que hacerlo afecte negativamente la seguridad de alguien.
  10. Ten un plan sobre lo que harás si la otra persona no cambia su comportamiento, incluyendo restringir el acceso o, en situaciones graves, incluso terminar la relación.
  11. Si hay algo que hubieras querido hacer diferente, adiscúlpate sinceramente por esa parte de lo que dijiste o hiciste, incluso si la otra persona dijo o hizo algo mucho peor. Sin embargo, no retractes tus límites sobre lo que debe cambiar.
  12. Felicitate por tener el coraje de expresarte y tomar medidas para proteger a tu hijo. Recuerda la frase que usamos en Kidpower que dice que “¡no tienes que ser perfecto para ser GENIAL!”

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Fecha de Publicación: February 7, 2022   |   Última actualización: February 7, 2022

Traducción de Ana Fernanda Uribe

Kidpower Founder and Executive Irene van der Zande is a master at teaching safety through stories and practices and at inspiring others to do the same. Her child protection and personal safety expertise has been featured by USA Today, CNN, Today Moms, the LA Times, and The Wall Street Journal. Publications include: cartoon-illustrated Kidpower Safety Comics and Kidpower Teaching Books curriculum; Bullying: What Adults Need to Know and Do to Keep Kids Safe; the Relationship Safety Skills Handbook for Teens and Adults; Earliest Teachable Moment: Personal Safety for Babies, Toddlers, and Preschoolers; The Kidpower Book for Caring Adults: Personal Safety, Self-Protection, Confidence, and Advocacy for Young People, and the Amazon Best Seller Doing Right by Our Kids: Protecting Child Safety at All Levels.