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Comportamiento de niñas malas. ¿Puede Kidpower ayudar con eso?

Padres y maestros se comunican regularmente con Kidpower con alguna versión de esta pregunta, buscando formas de abordar el comportamiento hiriente que no involucra agresión física o amenazas directas e insultos. A menudo no tienen un nombre para el problema, aparte del desafortunado nombre inapropiado de “comportamiento de niña mala”.

“Agresión social” o “agresión relacional” son términos comúnmente utilizados por investigadores y otros profesionales con experiencia en este tipo de comportamiento, que ocurre entre personas de cualquier género, no solo entre las niñas. Kidpower apoya a adultos y jóvenes, independientemente de su género, para que aprendan a:

  • Reconocer y nombrar el problema
  • Usar términos sin género para definirlo
  • Fortalecer la comunicación entre adultos y jóvenes sobre problemas, soluciones, comunicación interpersonal y habilidades de seguridad
  • Abordar la agresión social con un enfoque de “habilidad y responsabilidad” en lugar de un enfoque de “vergüenza y culpa”
  • Desarrollar habilidades y “predicar con el ejemplo” para apoyar a la seguridad socioemocional, ya sea en persona o en las redes sociales/en línea.

Este artículo es una breve descripción de los puntos clave en cada una de estas áreas. Todo en este artículo se relaciona con la agresión experimentada tanto en persona como en línea, incluidas las redes sociales y los videojuegos.

Estos son temas bastante amplios con un número infinito de posibles ejemplos que reflejan diferentes edades, situaciones de la vida y lugares, en el mundo real o en línea. Para obtener más información o para hacer preguntas específicas relacionadas a los desafíos que enfrentas, puedes contactarnos a safety@kidpower.org.

Reconoce y nombra el problema

Alumnos de Kidpower de todas las edades a menudo parecen dejar escapar un suspiro de alivio cuando les decimos que este tipo de comportamiento es real, reconocido y tiene un nombre. Sin poder nombrar y hablar de manera casual sobre un problema que enfrentan, las personas pueden sentirse aisladas y posiblemente incluso preocupadas de ser personalmente responsables: “¿Por qué esto solo me sucede a mí o a mi hijo? ¿Hay algo mal conmigo o con mi hijo?”

“Agresión relacional” es un término que describe un comportamiento que es hiriente pero que no implica una amenaza directamente física o verbal. Una definición útil es, “Dañar a otros a través de la manipulación deliberada y el daño de las relaciones entre pares” (Crick y Grotpeter, 1995). Los ejemplos incluyen excluir y difundir rumores o mentiras.

La “agresión social” describe los mismos comportamientos pero se amplía para incluir chismes y también comunicación no verbal, como expresiones faciales o gestos, que muestran desprecio o indiferencia. Una definición útil es “acciones dirigidas a dañar las amistades, autoestima o el estatus social de otros” (Galen & Underwood, 1997).

Estos comportamientos pueden o no ser parte del bullying. “Agresión” y “bullying” describen comportamientos que pretenden lastimar o dañar, pero comúnmente se entiende que el bullying es un comportamiento repetido. La agresión puede describir un solo acto. Puede ocurrir en persona o en las redes sociales/en línea. La agresión social repetida dirigida a un objetivo específico también se denominaría bullying.

Para simplificar, utilizaremos el término más amplio “agresión social” en este artículo. Las familias, las escuelas y otros grupos pueden desarrollar una comunicación y estrategias efectivas utilizando cualquiera de los dos términos para definir la experiencia de su grupo. Independientemente del término que elijas para describirlo, este tipo de comportamiento es hiriente y perjudicial para las personas, así como para el bienestar del grupo en general. Los jóvenes que luchan aislados para enfrentarlo pueden sufrir daños significativos con consecuencias duraderas.

La agresión física suele ser más fácil de detectar para los adultos y, por lo general, más difícil de negar. Cuando los niños tienen moretones o están sangrando, los adultos se enfrentan a pruebas contundentes de un problema y otras personas pueden ver las mismas pruebas. La agresión social puede sentirse como un humo o gas invisible: las personas sienten dolor o malestar, pero pueden experimentarlo de una manera más aislada. Puede ser sentido profundamente por muchos sin que nadie lo reconozca abiertamente.

Los jóvenes merecen orientación adulta cariñosa y libre de culpas para reconocer la agresión social en su propio comportamiento, así como en el comportamiento de los demás. Merecen apoyo para tomar decisiones más sabias, así como para desarrollar habilidades para protegerse y obtener ayuda de manera efectiva cuando se enfrentan a actos de agresión social.

Además, cuando los líderes adultos dan tanta prioridad a la seguridad emocional como a la seguridad física, las escuelas, las familias y otros grupos desarrollan entornos sociales más seguros y positivos.

Usa términos sin género para definir el problema

Es fácil encontrar pruebas aparentes de que la “agresión relacional” es un “comportamiento de niña mala”, un fenómeno con género. Una simple búsqueda en línea mostrará sitios web que equiparan los términos, lo que implica que son lo mismo. Los medios populares a menudo fomentan el concepto de “niña mala”.

Esto es engañoso. Las investigaciones actualmente no muestran que la agresión relacional se asocie principalmente con las niñas. Como concluye la entrada de blog de stopbullying.gov del 2015, “The Myth of ‘Mean Girls’” (El mito de las ‘Niñas Malas’), “Si bien los datos del Departamento de Educación de los Estados Unidos muestra algunas diferencias entre cómo los niños y las niñas experimentan el bullying; por ejemplo, las niñas fueron más propensas que los niños a reportar haber experimentado bullying verbal y difusión de rumores, varios grandes estudios transculturales y metaanálisis no han encontrado diferencias de género en la agresión relacional”.

Los adultos que creen que la agresión social es inherente a las niñas podrían tomar las acciones socialmente agresivas de las niñas como prueba de que se trata de un comportamiento de niñas, en lugar de ejemplos de agresión social que involucran a mujeres. Es posible que pasen por alto signos cruciales de agresión social que afectan a los niños a su cuidado porque no esperan agresión social de hombres. Es posible que se pierdan oportunidades de aprendizaje y de cambio que podrían mejorar la seguridad y la calidad de vida de todos los jóvenes de cualquier género bajo su cuidado.

Si los adultos albergan un prejuicio de que la agresión social es inherente a las niñas, algo inevitable sobre su naturaleza o biología, podrían concluir que pasar por este tipo de problemas es un problema inevitable parte de crecer como mujer, algo que simplemente tiene que ser superado. Su liderazgo podría terminar centrándose en la resistencia y la evitación en lugar de en ayudar a todos los jóvenes a desarrollar una gama más amplia de habilidades socioemocionales.

Es muy probable que el género afecte la expresión de la agresión, pero se necesitan más estudios antes de que alguien pueda estar seguro de cómo o por qué. Mientras tanto, los adultos serán más efectivos guiando a los jóvenes bajo su cuidado al mirar más allá del género, enfocándose en el comportamiento de las personas y orientándolos y guiándolos en las habilidades socioemocionales y de seguridad que más necesitan, independientemente de su género.

Fortalece la comunicación entre adultos y jóvenes sobre problemas, soluciones y habilidades de comunicación interpersonal y seguridad

Guiamos a los padres y maestros para que introduzcan el término “agresión social” de una manera positiva y casual.

Por ejemplo, un maestro podría decir: “La agresión física, como golpear o patear, no es segura. Va en contra de las reglas de nuestra escuela. La agresión social es como golpear con los sentimientos. A veces es difícil de ver, pero causa daño al igual que golpear o patear. Chismear sobre alguien, excluir a alguien o hacerle muecas a alguien son algunos ejemplos. La agresión social también es insegura. Va en contra de las reglas de nuestra escuela”.

Un padre podría decir: “La agresión social es un comportamiento hiriente con sentimientos. No es golpear ni patear. Son cosas como excluir, hablar mal de alguien o chismear. Si éstas cosas te están pasando, por favor dímelo para poder ayudarte. Mereces sentirte seguro”.

Nombrar el problema y crear una forma positiva y productiva de abordarlo puede cambiarlo de un sentimiento aislado a una comprensión compartida y reconocida.

Cualquier adulto que se preocupa puede agregar: “Es normal que las personas cometan errores con su poder, especialmente cuando son jóvenes. Si alguna vez te enfadaste y golpeaste o pateaste, no significa que eres una mala persona, significa que cometiste un error cuando estabas lleno de emociones. Si alguna vez chismeaste sobre alguien o lo dejaste fuera de un juego, eso no significa que eres una mala persona, significa que cometiste un error y usaste tu poder de una manera que no era segura. A veces la gente hace esas cosas sin saber cuánto pueden doler. Está bien si no lo sabías, y una vez que aprendemos cosas nuevas, podemos tomar nuevas decisiones. Es el trabajo de los adultos ayudar a los niños a aprender formas de estar seguros con su poder, y ayudar a todos a estar seguros mientras aprendemos”.

De una manera optimista y casual, como mediante el uso de la metodología de Práctica Positiva™ de Kidpower, guía en el aprendizaje de habilidades de seguridad interpersonal y socioemocional de una manera que genere diversión, risas y un sentimiento de alegría y conexión en tu grupo o familia.

Al poner el enfoque en practicar habilidades y soluciones en lugar de en los problemas, los líderes adultos pueden reconocer los errores y comportamientos inapropiados de las personas al tiempo que comunican la creencia en el valor y la capacidad de todos de aprender habilidades para apoyar la seguridad y el bienestar.

Aborda la agresión social con un enfoque de “habilidad y responsabilidad” en lugar de un enfoque de “vergüenza y culpa”

Cada uno de los ejemplos de afirmaciones anteriores refleja mensajes centrales que pueden ayudar a los jóvenes a desarrollar su propia confianza, así como su confianza en los adultos que los guían. Esos mensajes centrales tan poderosos de escuchar para los jóvenes por parte de sus líderes adultos incluyen:

  • Me importas, incluso cuando has hecho algo hiriente
  • Los errores son parte del aprendizaje
  • Cometer errores con el poder, incluida la agresión, es una parte normal del aprendizaje.
  • Intervendré y detendré el comportamiento hiriente porque me preocupo por todos los involucrados y porque pongo la seguridad primero
  • Cuando note un comportamiento hiriente, aprovecharé la oportunidad para enseñar habilidades para que todos estén más seguros
  • Garantizar la seguridad física y emocional de un grupo de jóvenes en una familia, escuela o grupo juvenil es una responsabilidad de los adultos
  • Las acciones del pasado no definen el carácter o el valor de un niño
  • Eres valioso y digno de mi tiempo, atención y cariño
  • Creo que tienes el poder y la habilidad de aprender a usar tu poder sabiamente.
  • Creo que tienes derecho a estar seguro

Como un líder adulto, tómate el tiempo para escribir los mensajes centrales que quieres comunicar a través de tus acciones a los jóvenes bajo tu cuidado. Considera colocarlos en un lugar donde puedas verlos en los momentos en que más cansado y frustrado te encuentres; pueden ser como una luz ayudándote a encontrar tu camino.

Por el contrario, un enfoque de “vergüenza y culpa” a menudo conduce a problemas como la ruptura de la comunicación, la pérdida de confianza y conexión entre adultos y jóvenes, y la pérdida de oportunidades de aprendizaje. Por ejemplo, etiquetar a una persona específica como bully puede insinuar culpa por una deficiencia en el carácter. Si nosotros, como líderes, simplemente vemos a un niño como alguien que ES un bully, es menos probable que consideremos cómo podemos apoyar su crecimiento. Si vemos a este individuo como un joven valioso que participa en un comportamiento de bullying, un comportamiento que es absolutamente inapropiado y debe detenerse, entonces es más probable que reconozcamos una oportunidad para enseñar habilidades y apoyar el crecimiento. Este proceso incluye enseñar habilidades así como a asumir la responsabilidad de sus acciones dañinas.

Considera las dos imágenes:

  • un bully” [perspectiva de vergüenza/culpa]
  • un niño usando comportamiento de bullying” [perspectiva de habilidad/responsabilidad]

¿Alguna de las dos imágenes te causa mayor disgusto? ¿Más empatía? ¿Más distancia? ¿Más conexión?

Como un líder adulto, puedes fortalecer tu capacidad para guiar a los jóvenes al considerar cómo la perspectiva que eliges tomar, incluidas las palabras que usas para describir los problemas, puede afectar tu propia eficacia, creatividad y liderazgo.

Desarrolla habilidades y “predica con el ejemplo” para apoyar a la seguridad socioemocional, ya sea en persona o en las redes sociales/en línea

¿Difundes chismes o te expresas en formas que probablemente herirían a la persona de la que estás hablando? ¿Haces esto donde los jóvenes pueden escuchar tus palabras o leer tus publicaciones?

Una participante del taller para padres de Kidpower le contó a nuestra clase que se había quejado de su hija y de las amigas de la niña por mensaje de texto con otra madre, cuando luego se enteró que su hija había estado viendo su conversación en tiempo real desde otra habitación en una tablet que estaba sincronizada con su teléfono.

Los niños se dan cuenta cuándo los adultos hablan de otras personas y se dan cuenta de cómo hablan. Si los adultos participan en conversaciones de chismes, rumores, exclusión o critican o juzgan la apariencia o el peso de otros, es muy probable que sus hijos se comporten de manera similar.

‘Predica con el ejemplo’ sigue siendo un valioso consejo para padres. Los padres de hoy necesitan simplemente tener en cuenta ese consejo en los muchos lugares nuevos a los que van, en el mundo real y en línea. En Kidpower recomendamos a los niños, adolescentes y adultos que Piensen Primero antes de decir o enviar palabras, imágenes o videos en línea: ¿te sentirías bien si se publicara para que todos tus amigos y familiares lo vean mañana? Si no, no lo envíes. Los padres pueden preguntarse: “¿Cómo me sentiría si mi hijo viera o escuchara cómo estoy tratando a esta otra persona?”

Por último, debemos ser amables con nosotros mismos y con los demás. Todos podemos recordar que los errores son parte del aprendizaje, y podemos ajustar nuestro comportamiento para ser más consistentes con nuestras propias metas y valores.

Para obtener más información sobre los recursos de Kidpower para enseñar estas habilidades y conceptos de seguridad de las personas, visita nuestra Biblioteca (membresía comunitaria gratuita) y nuestra Tienda de Libros RelationSafe™.

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Fecha de Publicación: June 20, 2022   |   Última actualización: June 20, 2022

Traducción de Ana Fernanda Uribe

Kidpower Founder and Executive Irene van der Zande is a master at teaching safety through stories and practices and at inspiring others to do the same. Her child protection and personal safety expertise has been featured by USA Today, CNN, Today Moms, the LA Times, and The Wall Street Journal. Publications include: cartoon-illustrated Kidpower Safety Comics and Kidpower Teaching Books curriculum; Bullying: What Adults Need to Know and Do to Keep Kids Safe; the Relationship Safety Skills Handbook for Teens and Adults; Earliest Teachable Moment: Personal Safety for Babies, Toddlers, and Preschoolers; The Kidpower Book for Caring Adults: Personal Safety, Self-Protection, Confidence, and Advocacy for Young People, and the Amazon Best Seller Doing Right by Our Kids: Protecting Child Safety at All Levels.