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Nota:  Este artículo ha sido extraído de nuestro libro de Kidpower Bullying – What Adults Need to Know and Do to Keep Kids Safe (disponible únicamente en inglés).

Nuestra página de recursos para la Prevención del Bullying ofrece información sobre nuestra biblioteca en línea que contiene artículos, podcasts y videos gratuitos, publicaciones de bajo costo para la venta, talleres presenciales, entrenamiento a distancia, consultas y desarrollo curricular.

Abordar el acoso en el momento

En cierta ocasión, estaba presentando Kidpower en un programa extraescolar con niños de ocho a doce años. Cuando entró en la sala una niña muy bonita de diez años, varios niños comenzaron a mirarla, a silbar y a hacer comentarios sugerentes sobre su apariencia. La mirada incómoda de resignación en el rostro de esta niña me dio la fuerte impresión de que esto sucedía todo el tiempo, justo en frente de sus maestros.

No quería poner a esta niña en un aprieto, pero tenía que abordar ese comportamiento, así que le hablé a la clase en general: “Una de nuestras reglas básicas de Kidpower es que nos tratamos con respeto para poder hacer que nuestro tiempo juntos sea emocionalmente seguro. Esto significa no hacer cosas que pongan el foco de atención en alguien de forma incómoda. Mirar fijamente a alguien, hacer ruidos y comentar sobre la apariencia de alguien son comportamientos irrespetuosos”.

“Pero es un cumplido”, murmuró uno de los chicos.

“No me importa”, suspiró la niña.

“¡A mí me importa!”, dije. “¡Y no es un cumplido cuando la gente se enfoca en cómo te ves en lugar de apreciar quién eres!”

Estoy convencida de que la mejor herramienta para gestionar el comportamiento inseguro es practicar hacer las cosas de manera segura. Por lo tanto, guié a todos los alumnos y a sus maestros para que practicaran:

  • Sentir ganas de quedarse mirando, silbar o comentar y, en su lugar, actuar con respeto.
  • Expresarse y decir: “Ese comportamiento es incómodo para mí. Es acoso. Por favor para”.
  • Decirle a un amigo que está actuando de forma irrespetuosa: “¡Eso no está bien! ¡Por favor, para!”
  • Obtener ayuda de un adulto ocupado y distraído si no pueden detener el comportamiento de acoso por su cuenta.

Luego trabajé con el personal del programa extracurricular sobre cómo usar ese tipo de comportamiento como una oportunidad de aprendizaje para desarrollar las habilidades y la comprensión de sus alumnos, en lugar de ignorarlo, desear que desaparezca o sermonearlos.

El alcance del problema

En el 2003, la Asociación Estadounidense de Mujeres Universitarias (AAUW por sus siglas en inglés) encargó un estudio a Harris Interactive para encuestar a un grupo representativo a nivel nacional de 2064 estudiantes de doce a dieciocho años sobre el acoso sexual en sus escuelas. Este fue el seguimiento de un estudio similar de la AAUW realizado en 1993.

En el estudio, el acoso sexual fue denifido como “comportamiento sexual no deseado que interfiere con tu vida. El acoso sexual no son comportamientos que te gustan o deseas (por ejemplo, besos, caricias o coqueteos deseados)”. Se explicó que el “acoso no físico” significa un comportamiento sexual no deseado que no implica el contacto físico, como “burlas, rumores, grafitis, bromas o gestos”. El estudio utiliza ejemplos como ser espiado mientras alguien se ducha o se viste.

Los hallazgos reportados en la publicación de AAUW: Pasillos hostiles: Bullying, burlas y acoso sexual en la escuela indican que:

  • El 83% de las niñas y el 79% de los niños reportaron haber sufrido acoso sexual. Para muchos estudiantes, el acoso sexual es una experiencia continua: más de 1 de cada 4 estudiantes lo experimentan “a menudo”. Estos números no varían si se trata de la escuela urbana, suburbana o rural.
  • El acoso entre pares es más común tanto para niños como para niñas, aunque el 7% de los niños y niñas que experimentan acoso físico o no físico reportan haber sido acosados por un docente.
    35% de los estudiantes que han sido acosados reportan que lo experimentaron por primera vez en la escuela primaria.
  • La mayor parte del acoso ocurre frente a las narices de los maestros en el aula de clases (61% para acoso físico y 56% para no físico) y en los pasillos (71% para acoso físico y 64% para no físico).
  • Los alumnos también son perpetradores. Un poco más de la mitad de los estudiantes (54%) dicen que han acosado sexualmente a otra persona en algún momento mientras estaban en la escuela.
  • Aunque grupos grandes de niñas y niños reportan haber sufrido acoso, es más probable que las niñas reporten haberse visto afectadas negativamente por él. Las niñas son mucho más propensas que los niños a sentirse “incómodas” (44% de niñas en comparación al 19% de niños), “avergonzadas” (53% de niñas en comparación al 32% por ciento de niños) y “menos seguras” (32% de niñas en comparación al 16% de niños) debido a un incidente de acoso. Las niñas son más propensas que los niños a cambiar su comportamiento debido a la experiencia, lo que incluye no hablar tanto en clase (30% de niñas en comparación al 18% de niños) y evitar a la persona que las acosó (56% de niñas en comparación al 24% de niños).

Escuelas y lugares de trabajo libres de acoso

En respuesta a los hallazgos anteriores, la AAUW desarrolló una excelente guía de recursos para estudiantes, padres y educadores titulada Pasillos libres de acoso: cómo detener el acoso sexual en las escuelas. Esta publicación gratuita en línea proporciona encuestas para estudiantes y personal, materiales educativos y sugerencias de políticas para ayudar a crear un entorno escolar respetuoso y seguro. Esta guía ayuda a definir la diferencia entre coquetear y herir.

El acoso es ilegal en muchos países, incluso en los Estados Unidos. La Oficina de Derechos Civiles del Departamento de Educación de EE. UU. ha publicado un folleto en línea titulado Acoso sexual: no es académico, que define los derechos de los estudiantes a un entorno de aprendizaje seguro y sin discriminación y brinda definiciones claras de lo que es y no es considerado acoso sexual.

Algunos ejemplos de conducta sexual son: insinuaciones sexuales; caricias o contacto físico de naturaleza sexual; graffiti de naturaleza sexual; mostrar o divulgar dibujos, imágenes o materiales escritos sexualmente explícitos; gestos sexuales; chistes sexuales u obscenos; ejercer presión para obtener favores sexuales; tocarse sexualmente o hablar de la actividad sexual de uno frente a otros; difundir rumores o calificar a otros estudiantes en cuanto a su actividad o desempeño sexual; etc.

A diferencia de los adultos, a menudo los jóvenes no tienen la opción de abandonar una escuela o un programa.. Las escuelas y los programas para jóvenes son responsables de establecer estándares altos sobre la creación de un entorno emocional y físicamente seguro para los jóvenes bajo su cuidado. Esto significa establecer que cualquier tipo de acoso o presión sexual va contra de las reglas y asegurar que estas reglas se cumplan.

Es posible que muchos estudiantes no se expresen de inmediato por vergüenza, confusión o temor a represalias. Un estudiante puede estar muy afectado e incómodo, pero no tener la capacidad de quejarse. Sin importar si es invitado o no, es ilegal que un adulto se insinúe sexualmente a una persona menor de dieciocho años. Es ilegal que alguien superior jerárquicamente o docente ejerza presión sexual sobre un empleado o estudiante o que genere o permita un ambiente hostil o incómodo en el trabajo o en la escuela.

Abordar el sexismo y la homofobia

El acoso sexual se alimenta del sexismo y la homofobia. Según el diccionario en línea Merriam-Webster, sexismo significa: “1) prejuicio o discriminación basada en el sexo; en especial, la discriminación contra la mujer; 2) comportamientos, condiciones o actitudes que fomenten estereotipos de roles sociales basados en el sexo”. Homofobia significa “miedo irracional, aversión o discriminación contra la homosexualidad o personas homosexuales”.

Con demasiada frecuencia, los jóvenes utilizan los estereotipos de género y la homofobia para atormentarse entre ellos. Los adultos necesitan abordar estos problemas en el momento y a través de la educación.

Los medios de comunicación son una de las influencias más poderosas en la juventud de hoy y Media Awareness Network en Canadá tiene excelentes planes de clases para diferentes grados sobre cómo enseñar habilidades de concientización sobre los medios. En su sección, “Estereotipos de género y agresión sexual”, ofrecen lecciones que incluyen preguntar qué significa “actuar como un hombre” y “ser una dama”, cómo afecta esto a la imagen que los estudiantes tienen de sí mismos y cómo se relaciona con el acoso sexual y la violencia. También cuentan con lecciones sobre diversidad y violencia, incluyendo homofobia y racismo.

Para detener el acoso sexual, los adultos deben dar un buen ejemplo y expresarse sobre el comportamiento que ocurre frente a ellos. Si no decimos nada, no deberíamos sorprendernos cuando los jóvenes creen que este comportamiento es aceptable para nosotros.

En una ocasión, estaba visitando una escuela primaria y un niño de diez años que jugaba a las cogidas casi se estrella contra mi. Todos sus amigos se rieron de él, “¡Oye, corres como una niña!”

Miré al grupo de niños por encima de mis gafas de sol. “De verdad espero”, dije con severidad, “¡que pretendieran que la declaración ‘corres como una niña’ fuera un cumplido! ¿Esa fue su intención?”

Los chicos se encogieron de hombros y admitieron: “Eh, no exactamente”.

Sin identificar a los chicos, repetí el comentario a su maestra. Indignada, describió las proezas de carrera de algunas grandes atletas. Esta clase ideó un plan para notar los comentarios en broma que en realidad eran una forma de prejuicio y encontrar ejemplos para demostrar que el estereotipo era incorrecto.

En otro taller con un grupo de jóvenes donde nos habían pedido que abordáramos el tema directamente, los niños y niñas preadolescentes me dijeron que querían tirar las palabras “maricón”, “gay” y “tortillera” porque el peor insulto posible era que alguien pensara que ellos eran homosexuales.

Dije: “Me siento muy triste cuando la gente usa los prejuicios como una forma de insultar a otras personas. Desafortunadamente, negar un insulto basado en prejuicios puede convertirse en una forma de agrandar el prejuicio. La gente solía hacer esto sobre la raza y, a veces, todavía lo hacen. Lo hacen sobre el tamaño. Lo hacen sobre las apariencias. Lo hacen sobre la sexualidad. Detener este tipo de comportamiento requiere coraje, porque es una parte muy grande de nuestra cultura. Pero, ya sea que se den cuenta o no, es probable que las personas que conocen se sientan heridas por las bromas sobre las diferentes orientaciones e identidades sexuales, incluso si fingen que esto no les molesta. Las personas que conocen o alguien que les importa mucho pueden ser homosexuales, lesbianas, bisexuales, transgénero o no estar seguras”.

“Si alguien usa un comentario prejuicioso para tratar de menospreciarlos”, continué, “podrían desechar su intención de atacarlos y decir algo positivo sin atacar a alguien más, como, ‘Estoy orgulloso de ser quien soy””.

Un niño llamado Dennis preguntó: “¿Pero qué pasa si no soy gay y alguien piensa que lo soy si digo eso?”

Le sonreí a Dennis por tener el coraje de preguntar y le expliqué: “Estarías en muy buena compañía. Hay muchas personas maravillosas que son gays y lesbianas. De todos modos, ¿realmente importa lo que piensen los demás? Lo que importa es lo que tú piensas. Tienes que pensar qué tipo de persona quieres ser. ¿Verdad?”

Dennis pensó por un momento y luego me devolvió la sonrisa. “Llámame maricón”, dijo. “Quiero practicar cómo lidiar con ese comentario de una mejor manera”.

Lo señalé y me burlé, “¡Eres un maricón!”

Dennis levantó las manos como haciendo una valla y dijo: “Usar ‘maricón’ como insulto suena a prejuicio contra los homosexuales. ¡Creo que eres mejor persona que eso!”

Lidiar con la atención sexual no deseada

Cuando hables con alguien acerca de un comportamiento inapropiado, mantente centrado y claro acerca de tu propósito de detener el comportamiento sin atacar a la otra persona. Muchas personas no se dan cuenta de que sus comentarios, bromas y otros comportamientos sexuales pueden ser perjudiciales para los demás. Es posible que respondan a la defensiva al principio porque decirles que se detengan los obligan a cambiar. La forma más efectiva de evitar dejarse llevar por la reacción negativa de otra persona es enfocarte en lo que quieres que esa persona haga de manera diferente.

Nuestro objetivo es empoderar a los jóvenes para que se expresen en favor de sí mismos para detener el acoso sexual, a medida de lo posible. Debido a que el acoso no físico a veces es más difícil de enfrentar, a menudo presentamos cómo establecer límites cuando alguien mira fijamente. Nuestro instructor Greg explica lo que está haciendo mientras mira fijamente a Mariana, quien sigue moviéndose a diferentes partes de la habitación. “Imagina que somos dos estudiantes de su edad. Estoy un poco flechado de Mariana, así que sigo mirándola. La miro fijamente en el salón de clases”.

Mientras Greg mira fijamente, Mariana lo mira de reojo, pone cara de enojo y mira hacia otro lado.

Greg continúa su explicación. “La miro fijamente en la cafetería”. Greg la mira fijamente y Mariana suspira. Ella lo regresa a ver y él todavía está mirando intensamente. “La miro fijamente cuando está leyendo en la biblioteca de la escuela”, dice Greg. “Ella simplemente no puede alejarse de mi mirada”.

Mariana se acerca a Greg y le dice: “Por favor, deja de mirarme. No me gusta”.

“¡No estoy haciendo nada!” dice Greg. “Es solo tu imaginación”. Greg hace una pausa en el juego de roles, se vuelve hacia la clase y pregunta: “Bueno, es cierto que no estoy tocando a Mariana, pero ¿la molestando igual?”

Las cabezas de los estudiantes asienten. A la mayoría de ellos tampoco les gusta que se los queden mirando fijamente.

Continuando con el juego de roles, Greg dice: “Puedo mirar donde yo quiera. ¡Es un país libre!”.

Mariana responde: “Sí lo es. Y soy libre de decirte que espero que, en lugar de fijar tu mirada en mí, mires hacia otro lado. Molestar a la gente de esta manera va en contra de las reglas aquí en nuestra escuela”.

“¡Ay, está bien!” contesta Greg en un tono enojado, y mira hacia otro lado.

En su papel de maestro, Greg explica: “Sentir que alguien se ve fabuloso es normal. Pero hacer que esa persona se sienta incómoda al mirarla fijamente está mal. Si la persona que pretendía ser no se hubiera detenido, entonces el siguiente paso de Mariana hubiera sido pedirle ayuda a la maestra u otro adulto. Ella tiene derecho a estar en la escuela sin que la miren fijamente”.

Intervenir con adultos inapropiados

Aunque los maestros están en una posición de poder y a menudo trabajan sin mucho apoyo o supervisión, la mayoría de ellos son personas extremadamente respetuosas y muy comprometidas con el bienestar de sus alumnos. Sin embargo, si un maestro hace mal uso de su poder y se comporta de manera inapropiada, es muy probable que los jóvenes necesiten la ayuda de un adulto para abordar el problema.

Cuando mi hija Chantal tenía doce años, era una de las cuatro niñas en su clase de matemáticas avanzadas. Le gustaba aprender matemáticas, pero se sentía molesta porque su profesor de matemáticas la miraba de forma lasciva y hacía comentarios sugerentes.

Después de hablar sobre este problema con su padre y conmigo, la siguiente vez que su maestro de matemáticas comenzó este comportamiento, Chantal le dijo: “Me siento incómoda cuando comenta sobre cómo me veo. Por favor no lo haga”.
En lugar de respetar su límite, el maestro se burló de ella. Aumentó sus comentarios y comenzó a hacer dibujos con senos de mujeres en la pizarra.

Aunque no le gustó la idea, convencí a mi hija de que era importante que yo hablara con su maestro para decirle que lo que estaba haciendo no estaba bien, no solo por su bien, sino también por el de las otras tres niñas de su clase.

Hice una cita para encontrarme con el maestro después de la escuela y le dije de forma muy respetuosa: “Creo que es un excelente profesor de matemáticas. Es posible que no se haya dado cuenta de algunas cosas que está haciendo que incomodan a Chantal. Creo que sus comentarios burlones sobre su apariencia simplemente no son apropiados”.

El maestro de matemáticas, que era un hombre corpulento, parecía volverse más y más grande y con la cara más y más roja a medida que yo hablaba, hasta que explotó: “En mis treinta y dos años de enseñanza, nadie me había hablado así jamás!”

“Bueno”, dije alegremente, sintiéndome agradecida por todo mi entrenamiento de defensa personal, “después de treinta y dos años, probablemente ya era hora”.

“¡Ubíquese!” dijo bruscamente. “¡Su hija necesita dejar de ser hipersensible cuando alguien solo hace una broma! Y de todos modos, ¿quién es usted para venir a hablarme así?”

¡Soy su madre, pensé, y la cofundadora de Kidpower! Pero lo que dije con voz firme y tranquila fue: “Probablemente hay mujeres en este momento que están sentadas en la oficina de un terapeuta diciendo que dejaron de estudiar matemáticas u otras materias importantes para ellas debido a ese tipo de ‘solo bromas’. Y probablemente hay chicos que están atormentando a otras chicas siguiendo el mal ejemplo que usted les ha dado. Lo que está haciendo es una forma de acoso sexual y quiero que pare. Si es necesario, podemos pedirle al consejero de la escuela que nos ayude a entendernos”.

Ante esta versión adulta de “Para o lo voy a contar”, el maestro de matemáticas se desinfló como un globo pinchado.

“¡Haré lo que usted quiera! ” dijo. Luego agregó de forma lastimera: “¡Pero me siento mal porque no le agrado a su hija!”

Suspiré. “¡Lo haría si dejara de molestarla! Sin embargo, el trabajo de ella no es que usted le agrade, y no es su trabajo agradarle a ella. Su trabajo es enseñarle matemáticas, y el trabajo de ella es aprenderlas”.

Después de eso, el comportamiento del maestro cambió y a Chantal le fue bien en la clase.

Acciones para ayudar a prevenir y detener el acoso sexual de los jóvenes

  1. Verifca la política sobre el acoso sexual en la escuela y programas juveniles de tus hijos. Anima a las escuelas primarias y secundarias a realizar las encuestas y seguir las recomendaciones de política de la American Association of University Women (AAUW por sus siglas en inglés) u otro recurso.
  2. Asegúrate de que los preadolescentes y los adolescentes saben qué tipo de comportamiento es considerado acoso sexual. Revisa la política de prevención del acoso sexual de su escuela con los estudiantes e involúcrelos en la definición de esta política con palabras y ejemplos que tengan sentido para ellos.
  3. Deja en claro que no consideras que este comportamiento sea aceptable y que quieres saberlo si les sucede a ellos o a otros niños de su escuela o grupo juvenil. Evita reírte de chistes sexistas u homofóbicos. Intervén para detener el acoso sexual en lugar de pasarlo por alto. En lugar de sermonear a los jóvenes, hazles practicar cómo actuar con respeto y expresarse en favor de la seguridad. Asegúrate de que los jóvenes sepan que tienen derecho a ser tratados con respeto y la responsabilidad de tratar a los demás con respeto.
  4. Pide a los jóvenes que presten atención cuando lenguaje o imágenes sexistas u homofóbicos son utilizados en los medios de comunicación, en las conversaciones, en las actividades y en los libros. Ayúdalos a encontrar personas que no se ajustan a esos estereotipos negativos.
  5. Ayuda a los jóvenes a convertirse en consumidores informados de los medios. Pide a las escuelas que brinden educación sobre medios o provee tú mismo esos recursos.
  6. A medida que empiecen a mostrar interés sexual entre ellos, pide a los jóvenes que te digan qué tipos de atención son bienvenidos y cuáles no. Recuérdales que tienen derecho a sentir lo que sea que estén sintiendo y que tienen la responsabilidad de actuar de forma respetuosa con los demás.
  7. Brinda a los jóvenes la oportunidad de practicar Habilidades de establecimiento de límites y Habilidades para abogar por sí mismos y por otros en el contexto de acoso sexual.
  8. Cuando los jóvenes acudan a ti en busca de ayuda, escucha la historia completa, piensen en soluciones juntos y ayúdalos a elaborar un plan de acción. Si el acoso sexual no cesa, intervén con los adultos que están supervisando.

Para obtener más información sobre los recursos de Kidpower para enseñar estas habilidades y conceptos de Seguridad con Personas, visita nuestra Biblioteca (membresía comunitaria gratuita) y nuestra Tienda de Libros RelationSafe™.

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Fecha de Publicación: January 25, 2024   |   Última actualización: January 25, 2024

Traducción de Ana Fernanda Uribe

Kidpower Founder and Executive Irene van der Zande is a master at teaching safety through stories and practices and at inspiring others to do the same. Her child protection and personal safety expertise has been featured by USA Today, CNN, Today Moms, the LA Times, and The Wall Street Journal. Publications include: cartoon-illustrated Kidpower Safety Comics and Kidpower Teaching Books curriculum; Bullying: What Adults Need to Know and Do to Keep Kids Safe; the Relationship Safety Skills Handbook for Teens and Adults; Earliest Teachable Moment: Personal Safety for Babies, Toddlers, and Preschoolers; The Kidpower Book for Caring Adults: Personal Safety, Self-Protection, Confidence, and Advocacy for Young People, and the Amazon Best Seller Doing Right by Our Kids: Protecting Child Safety at All Levels.